29/8/09

CONFLICTIVIDAD laboral


A lo largo del periodo comprendido entre 1960 y 1975, el régimen franquista mantuvo el autoritarismo político, pero se desarrolló en los planos económico y demográfico, permitiendo una mejora general del nivel de vida, aunque a costa de un incremento de las desigualdades territoriales y de un empobrecimiento cultural motivado por el exilio. Esta situación hizo crecer a la oposición tanto en el interior como en el exterior, organizándose en dos entes. Uno propiciado por el PCE y otro por el PSOE. En La Rioja, no se fue ajeno a estos hechos, que finalmente confluyeron, al igual que en el resto del país en la conocida Plantajunta.

Repasemos. Era el año 1973, cuando se celebra el XXIX Congreso de UGT, en la ciudad francesa de Toulouse (el último que tuvo lugar en el exilio), se decidió que la mayoría de los dirigentes pasasen a actuar dentro de España de forma clandestina. Por aquel entonces la UGT desarrolla en La Rioja una incipiente actividad y en una situación muy precaria. Hay que esperar a diciembre de 1975 para poder contabilizar tan sólo 44 afiliados.

A pesar de estas limitaciones, los socialistas-ugetistas no fueron ajenos a los conflictos que se daban en su entorno. Conflictos como el de Ifema, verano y otoño de 1974, prolongado al invierno del año posterior, huelga en Jiménez de Miguel en el verano de 1975, las reivindicaciones laborales y la huelga en los inicios de la primavera del año 1976 en la multinacional Europunto que contó con la solidaridad económica del sindicato francés CFDT, a los que hay que sumar la movilización del sector del metal que posteriormente se extendió a construcción o textil que negociaban por marzo sus respectivos convenios colectivos, u otros de menor calado como los acontecidos en el Banco de Vizcaya, Conservas Collado, Ulecia y Bergasa son un claro ejemplo de aquellos tiempos, aunque los que pueden sentar base de conflicto, salvando las características y resultados, son los tres primeros ya que representan la lucha sindical de clase, al margen del modelo oficial encarnado en la Organización Sindical diseñado desde la década de los años cuarenta.
Foto: Edificio de la empresa Europunto, Logroño (Archivo JMBC)

22/8/09

En lo más PROFUNDO


Las reformas, como veremos en sucesivos relatos, irán lentamente cambiando no sólo la estética de lo que representó el franquismo, sino que calará en lo más profundo del pueblo. Es él, el pueblo, quien actúa movido por un afán de ser los auténticos protagonistas. Jóvenes y mayores, serán los abanderados del cambio que el conjunto de la sociedad necesita. En ocasiones organizados a través de asociaciones vecinales que jugaron un destacado papel, sindicales con líderes conocidos o fruto del momento huelguístico, culturales o políticas. Otras, mediante el movimiento asambleísta que se dio como fórmula urgente de enfrentarse a los problemas. Pero, deseo poner de relieve la organización clandestina que se llevó adelante dentro de los cuarteles militares, por jóvenes llamados a filas, la mili, coordinados en los denominados comités del soldado. Un espacio difícil para hacer proselitismo a favor de la democracia, que originó más de una movida, como se diaria ahora.

La Rioja, Logroño en aquellos momentos, como cualquier otro punto de España no fue una excepción en este escenario y también tuvo su particular big-bang. Como veremos más adelante, la democracia irrigará a todos los estamentos públicos y privados, convirtiéndose en un instrumento necesario.
Está claro que entre los defensores de "la ruptura" (frente único de clases), y los que impulsaron desde diferentes ámbitos la estrategia de "la reforma", ganan estos últimos y se adentran en el largo camino de hilvanar consensos de todo orden en beneficio de la ciudadanía, en el que los políticos cambiarán radicalmente hasta la organización territorial del Estado, dígase la construcción de una administración descentralizada a través de las Comunidades Autónomas. Largo camino que pasará inevitablemente por una Cortes Constituyentes.

Foto: Servicio Militar, Regimiento de Ingenieros nº 8, Melilla, 1976 (Archivo JMBC)

Foto: Reuniones de Amigos de La Rioja con vecinos de Nájera momentos previos a la disolución y obligada marcha a otra localidad…, Nájera (Luis Brox y María Orive)

Diseño y Maquetación: Félix Zorzano Rodríguez

15/8/09

REFORMA como opción

Dentro del poder dominante, se manifiestan hasta tres posturas: maniobra aperturista propugnada por los grupos oligárquicos y monopolísticos, que intentan recuperar la confianza de la pequeña y mediana burguesía; salida democrática, impulsada por la denominada "burguesía liberal", que ve como salida a la crisis política y económica el referente de la Comunidad Europea y los inmovilistas, que pretenden una perpetuidad de la dictadura a cualquier precio.

El Gobierno no podía detenerse. Era evidente que el siguiente paso abordaría la legalización de los partidos políticos, a excepción del Partido Comunista de España, a lo que se oponían todos los sectores del franquismo, incluidos los militares más retrógrados, con el consiguiente peligro golpista que ello representaba.

Paralelamente multitud de organizaciones políticas se acercaban al registro oficial para inscribirse, dando pie a la denominada "sopa de siglas". En algunos casos, esta efervescencia social alcanzaba actividades de menor enjundia política, pero de cierta y oculta tradición popular. Por ejemplo, los carnavales, que fueron prohibidos durante los años de la dictadura, volvían a celebrarse en libertad.

Sindicalmente, el franquismo perdía poco a poco su poder. Era tal la situación que se inventaron un ente bajo el nombre de la Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS), lo cierto es que los dirigentes del “sindicato vertical”, herederos de la Central Nacional Sindicalista (todavía legalmente vigente pero ciertamente amenazados) acabarían sucumbiendo ante la tozuda reivindicación de una importante parte del movimiento sindical democrático.
El pretendido sindicato, donde empresarios y trabajadores compartían ideario en una sola organización, también pasaría por la inevitable normalización tras una evi
dente ruptura con el pasado. La libertad sindical estaba cada vez más cerca.

Foto: Representantes de la Guardia Civil, los Ejércitos, la FE y de las JONS, la Iglesia católica, Ayto. de Logroño y otros poderes del Estado, sede Gobierno Civil, Logroño (El Correo)

Foto: Mesa ugetista con presencia de Ángel Fernández Íñiguez, Fernando Martínez López, Manuel Sáinz Ochoa, J. L . Herrero del Pozo, A. Fédez Morga (Kelo) y Chus y Florentino Santamaría Val, Glorieta del Dr. Zubía, Logroño (El Correo)

Diseño y Maquetación: Félix Zorzano Rodríguez

8/8/09

Los TRABAJADORES se movilizan


En este mismo contexto, no se puede olvidar el paro organizado por la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS) el 12 de noviembre de 1976.
Dos millones de trabajadores secundaron la jornada de lucha, de los que aproximadamente mil eran riojanos. Los motivos, entre otros, eran ir contra la congelación salarial y el despido libre, y a favor de la amnistía laboral y de la libertad sindical. La conclusión que UGT sacó de la huelga quedaba resumida en la frase: ¡Adelante, con más firmeza, si cabe, que antes!

Ni el referéndum de la Ley para la Reforma Política que se celebra el 15 de diciembre de este mismo año, en el que la oposición defendió muy activamente la abstención.
Así las cosas, los acontecimientos se sucedían a velocidad de vértigo. El Estado, en concreto, el Gobierno de la nación presidido por Adolfo Suárez, tuvo que disolver el Movimiento Nacional, puesto que las incipientes libertades no podían coexistir con el viejo sistema político. El año 1977 fue cuando volvimos a ser libres, con un sinfín de claroscuros, pero con una tarea ingente por delante. Los españoles tuvieron que convivir con atentados terroristas de todo signo, al tiempo que aprendieron a familiarizarse, poco a poco, con las nuevas caras políticas de los unos y el transformismo de los de toda la vida, en aras de una deseada reconciliación. Ejemplo a recordar es, cómo los gobernadores civiles de la provincia de Logroño, que en su doble condición también eran jefes provinciales del Movimiento, marcarían un antes y después. Antonio Aige Pascual, Martín Rodríguez Esteban, José Esteban Santiesteban y José María Adán García, tildados de franquistas, cierran una etapa cuya labor, según algunos historiadores, fue tan obscura como la situación política que les tocó gestionar.

Foto: Acto gubernamental pro-referéndum con la presencia entre el público de los socialistas Juan Luis y José Antonio Herrero del Pozo dirigiéndose a J Mª Adán García, gobernador civil, Rincón de Soto (El Correo)
Diseño y Maquetación: Félix Zorzano Rodríguez

1/8/09

La LIBERTAD se palpa


A principios de 1977, la reforma política avanza y, con ella, la reconquista de las libertades político y sindicales. Con la muerte del jefe del Estado Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, se cierra un periodo fruto de la guerra civil, y se abre una etapa no exenta de cierto confusionismo entre la clase política de aquel entonces.

La coronación de Don Juan Carlos I y la puesta en marcha del primer Ejecutivo de la Monarquía marca un rumbo que conducirá a todos los españoles a la democracia. Así iniciamos el año 1977 comprobando cómo la reforma política avanzaba, aunque fuera en un entorno lleno de dificultades y presiones por parte de los afectos al régimen del general Franco. La lucha desde el exilio y la clandestinidad ejercitada por nuevas generaciones, que se sumaban al grito de ¡Abajo la dictadura!, más pronto que tarde, traerían consigo la democracia. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que las libertades estaban cada vez más cerca.

Algo lejos, aunque parezca contradictorio, quedaba la declaración de 1974 del Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores, ampliamente difundida en el ámbito internacional, en menor medida en nuestro país y escasamente en La Rioja (debido a la clandestinidad), contra el proyecto de estatuto de asociaciones presentado por el régimen franquista, que escamoteaba al pueblo el derecho a las libertades.

Y también quedaba lejos, en 1975, la postura conjunta de la oposición en torno a la Plataforma de Convergencia Democrática y de la Junta Democrática, comprometiéndose ante la opinión pública a realizar un esfuerzo unitario que hiciese posible la formación urgente de una amplia coalición, sin exclusiones, capaz de garantizar las libertades sindicales y políticas. Este hecho debía abrir un periodo constituyente que desembocara en una consulta popular determinante de la forma de Estado y de Gobierno.

Foto: Exequias por la muerte de F. Franco, interior de la concatedral de la Redonda, Logroño (El Correo)
Diseño y Maquetación: Félix Zorzano Rodríguez