30/12/09

Divertimento y ALTERNATIVAS


Hay que recordar como destacables en el barrio de Yagüe, a Rafael Ojeda Bermejo, dinámico sacerdote que entre otros fue calificado como "cura obrero" y a Julián Rezola Trapero, personaje inspirador del movimiento Pioneros, y a dos clubes juveniles, que bajo el protectorado de las iglesias Corazón de María y Santiago, –nos referimos a Concordia y El Real, respectivamente–, eran vivero de jóvenes antifranquistas de los cuales, algunos de sus miembros más destacados rápidamente decidieron orientarse hacia la izquierda y organizárse en células socialistas y comunistas, soportes en cualquier caso, de sus mayores.
Eran tiempos en los que se alternaba la centralidad geográfica que proporcionaba el costumbrismo de ir al casco antiguo logroñés (calle San Juan), con el divertimento alternativo de las discotecas, o los locales de los clubes juveniles y otros que marcaron su impronta como las salidas de fin de semana al monte. En tales excursiones se combinaba el ocio con el adoctrinamiento ideológico, además –por qué no decirlo– de exhibir ante la autoridad del lugar (alcalde y/o guardia civil) el poderío de varias docenas de jóvenes ataviados con emblemas y símbolos nada afines al régimen: estrellas de cinco puntas y toda la iconografía en ciernes en torno al Che Guevara, además de las clásicas canciones revolucionarias. Esto era lo habitual. Hablamos de jóvenes que tenían, a su vez, a sus líderes naturales, a los que desde aquí rendimos un pequeño homenaje: Los hermanos Bañares, “el Chavola”, Pedro y Jandro. Y seguro que, por olvido, nos dejamos a algunos otros. Eran gentes que colaboraron en un mundo dividido entre dos por culpa de la Guerra Fría, y que ayudaron a fortalecer el hecho organizativo de dos partidos, de dos organizaciones juveniles y de dos sindicatos: PSOE y PCE; JJSS y UJCE y UGT y CCOO. En este contexto, el compromiso político y solidario se entrelazaban, y no podemos olvidar el papel que jugaron las Hermandades Obreras de Acción Católica (HOAC) y las Juventudes Obreras Católicas (JOC), impulsoras de las doctrinas del Vaticano II, que el poder tildaba de marxistas, incluyendo a diferentes sacerdotes.
Foto: Grupo de jóvenes escuchando a Javier Sáenz cosculluela (Luis Brox/María Orive)
Foto: Grupo "Plebe Gandhi" haciendo el símbolo de la Victoria, Concha del Espolón, Logroño (archivo de JMBC)
Diseño y Maquetación: Félix Zorzano Rodríguez

5/12/09

Lucha y EMANCIPACIÓN


Sin embargo, hay un capítulo que merece la pena aflorar, cual es la destacada participación de jóvenes trabajadores y estudiantes que, a mediados de la década de los 70, decidieron pasar de la cotidianeidad a la acción. Juventud que tomó la bandera de combatir el silencio imperante. Muchachos que llenos de valor transgredieron la anestesia gubernamental impuesta. Prueba de ello fue la presencia en La Barranca el 1 de noviembre de 1976, de unos ochenta jóvenes que colocaron una pancarta con la leyenda “Joven honremos su memoria por la libertad”.
En este mismo contexto, podemos encuadrar la campaña por el voto a los 18 años, en la que la colocación de mesas por las calles de las principales localidades riojanas recogiendo firmas, supuso un paso decisivo para la conquista de los derechos civiles, sociales y políticos. Encuadrados en asociaciones y cuadrillas juveniles, eran pilares importantes, sin saberlo, del nuevo sistema que estaba, a su vez, constituyéndose. Grupos que provenían, en ocasiones, de barrios del extrarradio logroñés, faltos de servicios comunales, en lucha por hacer una ciudad participativa, correctora de las desigualdades. Una capital con 104.928 habitantes, según datos de 1977, donde Yagüe y San José Obrero fueron fundamentalmente plataformas que encauzaron a sus propios habitantes y, de entre éstos, a sus jóvenes en quienes se mezclaban las rebeldías juveniles y contestarias de la época, en un tiempo en el que la vieja Europa y los Estados Unidos se veían sacudidos desde los años sesenta por jóvenes semejantes que rompían moldes sociopolíticos establecidos tras la Segunda Guerra Mundial. Eran ciudadanos que desde su compromiso social fueron claramente opositores desde el trabajo y el estudio al régimen de Franco.